martes, 30 de junio de 2009

Más caviar y menos gauche


Desde aquí brindamos por este país de triste destino de puta con síndrome de Estocolmo; por esta urna revelada caja negra de un avión estallado no sin sus muy merecidos pilotos el pueblo. Brindamos por las banderas de izquierda buscando al pueblo bacanal derechoso, antena individualista capitalista ista a todo lo que da; por sus ningunos muertos, por su clase mierda, por sus comodidades mediáticas metafísicas, por su amor amarillo icónico.

Siento por sobre todo y por el lápiz
bajo la piel del diseño de redes
Inmortales lápices
sobre la piel del diseño de redes.
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Todo muy juntito panquesito dado vuelta en HQ bailando porque le dieron a Hayek el premio Nóbel de economía y nosotros, más papistas que Pappo, abrazando al neoliberalismo como chotos culos inmortales superpijados y con un sistema moral ad hoc. Hacé algo, la puta que te parió. Tenés poder solamente dos años más, naciste para estar ahí, nunca màs vas a llegar a un carajo, ¿te están pijeando a troche y moche?, mejor aún: ¡¡¡radicalizate, la concha de tu madre!!! ¡¡¡Hacé un puto gobierno de izquierda!!! No more ley de medios como carta de juegos para el 2011, decreto constant concept y a la mierda. Ya tendremos tiempo para el privatismo vendepatria tour 2011, el caminito asfaltado por empresas privadas que vacían, liquidan y si te he visto no me acuerdo. Este es el puto momento, ya no hay nada que perder y nuesto consejo es: RADICALIZATE.
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Mundo dermatológicamente testeado
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Por otro lado votar a De Narvaez con un barbijo es como ir a la guerra con un profiláctico puesto, es como saltar de cuatro mil metros de altura con un chaleco salvavida. Otro ingenuo rasgo de ignorancia y de individualismo, boludos o garcas dijo el poeta. Seguimos. Buscando en la piel del diseño un mapa común: 1976 – 1995 (¿notaron, ustedes también, que los promotores neoliberales actuales son bastante más básicos que sus predecesores, respondiendo seguramente a la lógica de degradación total post 90s?). Usted elija en su menú la bomba, en su bomba menú dentro suyo qué cara del Poder se nos parece menos. ¿Zeus o CEO? ¿Zeus o cero? ¿CEO o cero?
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La corrupción intracorporal también deviene evidente. La sangre es peligrosa y enferma: los líquidos también. No me tosas. No respires cerca. Pasame el higienizante para manos con alcohol + biguanida, instantáneo en 15 segundos con 12 horas de protección. Y repet with me: no dar la mano no besar no coger no votar
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pero los billetes los agarrás como loco y sin preguntar, ¿no?
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Repito: país de triste destino de puta con síndrome de Estocolmo. Cada uno sabrá qué responsabilidad tiene para con el país de sus hijos.

jueves, 18 de junio de 2009

Peña de muerte



Cuando era niño (me) sucumbía ante el morbo del homenaje de muerte y pronosticabame una actividad futura muy nutritiva en ese aspecto. Digo: réquiem eterno de todo coda. La vida hasta en eso me defraudó y hoy en día la necrofilia medio que me pasa de lado. No obstante, para contradecirme, escribo esto.


Primero escuchar a mi padre sobre la vieja que hablaba con Tristeza y que era un tipo y del programa del sábado de la cubana que no era y antes esperando el bondi a la salida del dentista pensando que nunca me gustó el programa de Vernaci y esas voces y después leer a Ripoll diciendo que saber eso (la multiprocesada verdad, la meta metalingüística) hacía más interesante el programa (la Obra).

Nada muy interesante, esos datos que tenés en el cpu esperando la interconsulta cuando después del colegio tenés que ir al banco a pagar las boletas, año 2000, y con no sé qué walkman cambiando las radios porque hay una cola terrible y cambiar hasta que escucho jazz y resulta que era la cortina de El Parquímetro y ahí entraron ochenta mil personas dos. Supongo que al otro día ya estaba más interiorizado y antes había escuchado pero viste eso no te queda o mejor te queda y ahí comencé más o menos a escuchar.

El 11 de septiembre de 2001 no me tocaba ir al colegio. Me levanto y tanteo la radio y Peña decía “están filmando Matrix 2” por el avión incrustado en las excusas de colonización económica del Imperio. Prendo la tele y veo toda la secuencia y el otro avión misil en el Pentagono y otro que no sabían dónde estaba. La música era New York, New York, Bomba y temas del tono mismo de la reyerta. Siempre el escalofrío ahora barcelonesco de sentir que se tensaba el hilo y que un par de caretas eso se lleva por delante. Además, el tipo es un Genio en el sentido antiguo, un superdotado, un mago. Se contradecía, se peleaba, se pisaba, se seducía. En la radio era insuperable por el dixit dixit de 4 horas de ficción diaria. Después ví a Wainraich por tv y me pareció un enfermo loco por su look y después vi a Ripoll en tv y me pareció rarísimo y después vi a Scott y era tal cual lo imaginaba.

A la semana siguiente del choque aéreo a las torres imperiales nos fuimos de viaje de egresados. Había varias banderas una más pelotuda que la otra y Aven había hecho al Che Guevara y como le salió mal terminó siendo un Bin Laden y los padres quejándose. (Este incomprensible párrafo debe ser leído en tres términos y en un cuarto, generacional.)
Luego, cuando ya orienté mi personalidad y mi visión del mundo, Peña fue para mí una clave. Si tenías que testear lo careta que era una mina, la palabra Peña era fundamental. Separaba a la gente abierta de la que te podía condenar por tomarte un whisky (por usar un eufemismo dialogable) o de la que agazapaba su ímpetu fariseo por sobre las libertades de terceros (en este caso yo). Entonces en algún momento yo lo nombraba como quien no quiere la cosa y de ahí si seguía o no.

El año 2002 nos encontró unidos y dominados. Duhalde le había hecho mil multas a Peña por poner de tema el sexo marital de los gobernantes y lo pasaron a rock and pop, a la noche. Ponía separadores que decían “dróguese” y cuando no iba estaban dos tipos audaces y recuerdo y toda mi vida recordaré esa inolvidable noche de jueves o martes (lo recuerdo porque en la tele estaba TVR) que Peña, que nunca era Peña sino siempre Dick Alfredo y otros akas empezó el programa llorando y abrazando a Lalo Mir y que llamó por teléfono a la amante de su padre y hablaron mucho y ponía la puta música que él quería y se empezaron a poner en pedo y le decía a Scott que siempre tenia que estar en pedo y entonces Scott dice que va a poner un tema, “decí por qué”, le dice Peña y Scott dice “porque es lindo” y comienza “Waitin” de la Hija de la Lágrima de Charly, el mejor LP del Universo y en ese momento entrás en una sincronía inmensa en que te sentís cómodo, algo muy kantiano y pro descartes, una situación de vos sobrio queriendo llamar a tus amigos y abrazarlos, algo que me pasó un millón de veces y que dura eso, unos segundos, abrazarse. Lo contrario del comercio del dinero. Bueno, ese programa me cambió por completo porque ya era eso. La profesía autocumplida a todo lo que da y la incorrección política que es la Verdad inaccesible y una delgadez de Peña que ya dejaba de ser y Peña convirtiéndose físicamente en mi fenecido abuelo, igual físicamente, casi igual en múltiples motivos. Yo le comentaba a Aven ese programa en que llamó llorando a Vernaci y ésta le dice: “nosotros somos amigos tuyos por estos momentos de dulzura, nos bancamos lo otro por esto”.


Se va de Rock and Pop porque puteaba a la radio todo el tiempo. Pasan un año, dos y empieza su mejor ciclo, El parkímetro un klásico en KSK radio. A las 10 de la mañana, en la cumbre de sus talentos, ya se empieza a escuchar las rayas que peina y “pasame la merca” y su ortodoxia fundamentalista del momento. A mí la relación que él tuvo con la cocaína siempre me pareció muy sana, y eso es porque era un bebedor. El alcohol obnubila las neuronas y el lóbulo central y te frena un poco la droga. A veces, y pregúntenle a Repetto y a Lopilato, pregúntenle a Eurnekian y Avila y Majúl, pregúntenle a Hadad y a Polino y a Sergio Company y a D`Elía, no. Pero lo que él contaba, de utilizarla para escribir obras, de mañana, sin miramientos, me parecía funcional. Abarcar esa intensidad de la concentración en una obra y poder bajarla con un 18 años.

Una mañana me fui a la radio KSK, que queda en San Isidro, a darle a Peña un libro que había escrito y unos pedorrísimos guiones que escribí ese día para justificar dárselo. Fui como quien va a cagarse a piñas y me encontré con una persona amable y atenta, que me escuchó y se fue. Dónde estará ese libro ahora, nadie lo sabe.

Después no sé cómo viene la cosa. Antes de darle el libro fuimos a verlo con Aven al teatro, creo que él no sabía cómo era físicamente. Un teatro en Congreso. Llegamos y llegaba Peña (“es parecido a mi tío”, me dijo Aven). Un par de fans le piden una foto, él los empuja violentamente y entra al teatro. “Bueno, era una opción”, le digo a Aven, y nos vamos a tomar una cerveza. Entramos a la Obra, era jueves y nos pusieron, por poco público, en asientos más caros de los que pagamos. La Obra era la Tragedia Burlona del Corpiño y fue excelente y punto. Aven estaba llorando y yo en shock. Terminó y Peña dijo “me encantan los jueves porque como hay poca gente, sale mejor, más íntimo” y voy al baño a la salida y estaba Carlos Ulanovski meando al lado mío y no pude mear de lo impactado que estaba. Estuve como un minuto y me fui como entré.
Fui luego a ver Gracias por volar conmigo a un teatro de calle Corrientes con una chica y fue como ir a la guerra. Yo no les puedo explicar cómo zafé de que me llevara al escenario, estaba en una de las puntas y era yo solo. Los otros que subieron sufrieron un escarnio mayúsculo, insultos, desnudez, vergüenza. Si yo hubiera subido creo honestamente que hubiera habido una pelea.
Qué viene antes, la tapa gigante del Indio Solari en Rolling Stone, año 2000, con la nota a Peña. Después Peña llorando años y años porque en la Metro estaba la felicidad (que es algo que sucede en el pasado) y que luego estaba perdido y que radio no quería hacer y que en su lugar estaba el pelotudísimo Andy Kusnetzoff (que es tan pelotudo como para ser digno embajador de ese esperpento snob denominado Palermo Hollywood). Después viene leer el libro y no decepcionarse pero sí esperar más de él, después de todo es un Genio, uno hubiera esperado un Yo necesito amor, un Klaus Kinski, un Celine, un Miller, que escriba algo bien, no las boludeces de estudiantina del avión. Recuerdo haber leído del músico brasilero que hasta los 40 sería música, de los 40 a 50 cineasta y luego escritor y que murió a los veintitantos. Peña es para mí lo escritor que hubiera sido en diez años adelante.
Recuerdo también, no sé si con Martyr y Alessi en Feria del Libro, tiempos de fernet libre y de pronto mesa redonda y cayó Peña hablando de teatro con Dayub. Betty Elisalde dijo: "lo único bueno que tiene Peña es la puntualidad". Mil preguntas del público a Peña y cuatro a Dayub y éstos casi peleándose y Peña atacando a una mina del público porque iba a todas las funciones, gritándole que se vaya de su vida.

Después viene la peor etapa, mía y de Peña. El vuelve a su amor Metro, pero antes (caprichos de la cocaína y del pelotudo de Kusnetzoff), de 7 a 10. Este horario lo condena a la actualidad, la muerte del artista, a la política, la muerte del artista. De a poco el panorama social termina minando a sus personajes y es Peña quien debe salir del closet para mostrarse desnudo como un reaccionario hecho y derecho, como un indisimulable derechista ingenuo avida dollars. Para colmo, le toca enfrentarse al populismo en una forma muy careta y a veces inteligente y casi siempre falsa llamada kirchnerismo. Peronismo para principiantes y comerciantes, cómo estará la derecha de poderosa que para combatirla hay que votar a Scioli.

Fui a entrevistar a Peña una mañana, a Metro, para un sitio cultural que íbamos a hacer con Aven. Yo llevaba un grabador pedorrísimo y ningún contacto. Esa mañana Peña estaba de muy mal humor y se peleaba con todos. Cuando llego a la puerta encuentro a Diego Scott. Le comento mis deseos y me dice “Peña es un paranóico, no le hables directo porque no va a acceder, se va a perseguir, tomá, este es el número del que le hace la prensa, arreglalo con él, mejor”. Le pregunto “¿él le maneja la prensa?” y Scott, como quien hace un guiño, me dice “si, él no puede manejar nada”. “Está de mal humor, ¿no?”, le pregunto. “Y… él dice que no, pero…”, me dice, con todas las letras.

Volvemos. Peña desangelado. No tanto, pero yo ya no lo escuchaba en la radio. Ya no lo soportaba, me costaba verlo. Era la personificación del oligarca que desconoce su personería y se justifica patriota y hasta progressive, y encima estaba leyendo los diarios de Bioy sobre Borges… tenía gorilismo de sobra. Me acuerdo hace dos semanas en un bar y Diego Rico diciéndome “quiero que muera Peña” y yo le digo “es la actualidad. En cinco años la política va a quedar muy lejos y hasta va a parecer bien que haya estado en contra de un gobierno”, yo pensando que Peña (2009) sobreviviría al kirchnerismo (2011). Pero ustedes y yo sabemos el final.

Ayer Aven me manda, en medio de mi agónica agónica agónica jornada laboral, un mensaje que rezaba “Se murió, se perdió. Peña.” Y caí como quien confiaba en la horizontalidad y materia del piso. En mi trabajo, no pregunten cómo, tengo acceso a parte de la historia clínica de Peña y entré de inmediato. Hay, en la interna de ambulancias y demases, tres códigos, uno verde, para visitas médicas, uno amarillo, para situaciones de peligro de más de cinco horas, y otro rojo, para situaciones de vida o muerte. Peña tenía de las tres, muchas rojas, algunas amarillas, y muchas observaciones. Me enteré que hizo ir a un médico de la obra social para que atendiera a la empleada y que lo tomaron pero le dijeron que no; que pidió que le lleven una silla de ruedas para ir a hacer una función en tratamiento; que se fugó de una clínica, de la guardia; que tuvo una hipotensión con diarrea e internación; que su año complicado fue 2005. Todas estas cosas las digo porque acá no entra nadie y porque él estaba en contra de la privacidad.

Vuelvo en el anteúltimo tren, recontrasemivacío, leyendo el Borges de Bioy, en el final. Voy por la página 1500 de 1650 y los dos combatientes están viejos, se olvidan las cosas, escriben casi nada, están mal. Con ese sentimiento vuelvo a casa.

Me planteo estos renglones porque sí. No creo en absolutos conceptuales inútiles como qué se murió con Peña, busquemos generalizaciones, un artículo para revista o boludeces. Planteo el fin del concepto en manos de lo didáctico autobiográfico porque en uno la torpeza de lo mecánico convierte el elitismo en un club vacío; más allá hay otros que vivimos entre ambulancias, y que tenemos menos talento.

Hoy soñé que estaban Peña y Lanata y yo le decía a Lanata: “vos no sos un genio”.

martes, 9 de junio de 2009

Miss Ventanas Polarizadas

1. Leo Rossenbasen como un David Lynch impro-crash
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Una notera de tv detiene a dos hombres de tercera edad para una nota sobre las mujeres y su comportamiento. Mientras estos responden preguntas, se acerca un tercer entrevistado y es incluído por la periodista en la nota. Inmediatamente aparece el esposo de la notera, que la saluda y se va a unos metros. El tercer entrevistado aprovecha cada respuesta para piropear a la periodista, quien de a poco, y con la salvedad de que el esposo está cerca pero no mirando, se rinde y accede paulatinamente al juego sensual. El esposo va y viene y la notera muestra deseo de besar al tercero; les pide a los primeros dos hombres (que, viendo cierta accesibilidad de ella, le tiran galgos) que se queden entreteniendo a su esposo.

Todo esto, aún peor explicado, es la quintaescencia de la necrofilia semántica cinéfila.


2. Escribir todo seguido es gratis II

Es una gota apenas de amor para que te sientas indefenso ante la agonía y las ocho horas continuas de asistir a la enfermedad con tiempo de espera, “tengo a mi hijo de 3 años con cuarenta de fiebre y pedí un médico a las dos de la tarde” y vos ves que todavía no le asignaron un médico (23:30 hs) y que en la empresa ya no hay, que dos médicos rechazaron y que hay que pedir a paramedic y que tienen doce horas de demora y entonces te ponés los huevos. Nueves horas mentales más tarde, entrando al anteúltimo tren, muy de noche, semivacío, hay ocho personas en un tren para mil, todas en el mismo vagón protegiéndose, un acto de poesía y vos leyendo sobrio se confunden los dedos y el fondo de pronto sentís como una abstracción gigante te das cuenta cuando te das cuenta del tren y de la gente, caminaste corriendo para llegar “tiene tos y dolor de garganta quiero un médico” “en ocho horas” “no: cancelá un paciente y damelo a mí, no me importa” hija de mil putas la reconcha de tu madre individualista de mierda no ves que tiene una puta tos de mierda, chetita idiota si te dijeran eso recapacitarías pero dejás de pagar los setecientos o mil que taca taca mes a mes. La perra te saluda cuando llegas y casi te largás a llorar de que haya amor en este puto mundo de mierda y en el tren también cuando tu novia te pide que le mandes un mensaje cuando llegues a tu casa la puta madre arte arte arte. Una de la mañana y nadie en la calle arte arte arte.
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Te juro que en los veinte años que estoy acá nunca pasó y yo que estoy acá hace cinco minutos ya me di cuenta.
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No tenés hambre hijo de puta para qué comés vos ya lo sabés hay que descargarse implosionando no se puede vivir así. Esperar el fin de semana, hacerse mierda y virar virar virar sin sentido un vaso de vino, eso hay, y whisky, cuál tomo, el mejor es el Teachers, imaginate. Igual es bueno, con Coca Cola Zero que quedó de hace mil años, queda bien, dos cubitos, cuatro milanesas de pollo a la 01.47 hs mientras escribís y escuchás un tipo haciendo una versión de Silvio Rodriguez con esa tristeza tan parecida a lo patético. Decidís la vida insoportable. Te decidís un malviviente en sentido literal. Qué infinita infinita infinita tristeza tristeza.
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El gastronomizado capo señala a un hombre extrañísimo con dos ojos vizcos que cuando lo mirás directo a los ojos los mismos se mueven y mueven de izquierda a derecha y es imposible para vos saber qué mira. Es un tipo de lo más amable, un ser ejemplar, y se acerca se acerca para bancarte que estás escuchando un tipo media hora, le dijiste diez horas, era más sensible que vos, esa sensación de impotencia que nunca te imaginaste a los 17 años, por favor, volver allí, a las quince horas de celda en Belgrano, con el barrabrava de Defe, con el tipo que llegó de una pelea y se durmió en la celda y vos envidiándolo por evadir esa celda putrefacta en la cual todos meabamos en la pared, vos llegando a la celda, en el subsuelo, sin conciencia, vomitando y desmayándote, un poli te despierta y te hace buscar algo para limpiar, tenés 18 añosy cuatro días y una causa penal porque el pibe que agarraron con vos tenía un par de porros y cagó a trompadas a dos oficiales y vos cuando te agarró el poli le dijiste “pará, hijo de puta” y cuando llegaste a la 35 no supiste qué número de documento tenías y de pronto, mirá: qué mierda de subsistencia capitalista , te vas en la hora a Puerto Madero a mirar como un idiota violado el agua, sentado, escuchando Flopa, por Dios, pensando en alguien que te salve la vida, Kafka no la pasó tan mal, Burroughs tampoco, tiene que haber algún empleo decente. Seis horas más tarde caminás por Alem y ves pasar 2 ambulancias mientras corrés al tren y sabés que antes de la velocidad de las ambulancias hay un gordo diciendo “tengo un rojo”, sentado, tranquilo, puto, tomando 7up baja en sodio pudieron haber fallado los controles del vuelo 747. En Buenos Aires 7 grados ocho decimas la temperatura actual.
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“Este es el código penal, vos no tenés una declaración juramentada o sea que podés dar tu versión sin que sea verdad” te dice el empleado de Tribunales y vos con los pajaritos al aire del oral renglón. Una de las absueltas causas que al estado le salen cinco mil pesos y que no sirven para nada. Por esa causa pendiente te quedaste en tu casita en los días de lucha del 2001 y esas causas mirá si las habrán tenido tus amigos; Malcolm y Favio en rueda granjeana con un tipo que confesaba que toma drogas desde los 70s cuando era de un escuadron de la muerte y lo papoteaban todo para que picanee y mate a los “subversivos” en los 70s, el tipo no sabía qué mierda hacía, le tiraban dos cuerpo, todo psicopateado y con el cerebelo lelo anfetaminas fafafa y siguen las firmas. Ahora es el capital la cosa, la pena capital.

(Intermezzo)

Un amigo trabaja en la técnica de canal 13 y me refirió dos cosas curiosas. La primera tiene que ver con las supuestas interferencias en los satélites de TN y Canal 13, interferencias que fueron avisadas a ellos unos días antes de ocurrir y que según él fueron provocadas por el multimedio y no por el gobierno. La segunda tiene que ver con Leonardo Favio. Me dijo que vió a Favio en “Tiene la palabra”, frágil. Favio comenzó diciendo que no iba a hablar del pasado, que estaba en contra de estar en el pasado y demás. Luis Otero, el conductor del ciclo, le dijo que el programa era también para repasar su obra y en ese momento Favio se levantó y se fue. El programa, lógicamente, nunca fue emitido.

4. ¿El Gran Cuñado vendría a ser públicidad no tradicional (P.N.T.)?
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La ciudad viva por los márgenes del ruido. Santos vive el átomo material como mouse inadmisible mientras yo por la ventana pienso en comprar tortas fritas. Buffffffffffff. Soplo. Me aburro. No tengo ganas de emborracharme no tengo ganas de masturbarme
No tengo
Ganas
Simplemente sguir el renglón lo anterior digo eso responde a mi pregunta ¿quién te dijo que esto se arregla?
(Lamentablemente no hay que escribir así ¿no sabías? Escribir para críticos escribir para públicos preguntale a los críticos por Joyce su justificación.)
big van gogh dice (06:12 p.m.):
completar la frase: a mí de todos los Papas el que más me gusta es...
big van gogh dice (06:13 p.m.):
(abstenerse de chistes fáciles comestibles)
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No Conectado. Santos es un hombre en su sentido no sustantivo. Un hombre con un reloj inmoral, una casa inmoral, unos autos inmorales. Ponele sal de normalización y ver el mundo a través de Miss Ventanas Polarizadas. Cinco tortas fritas comidas a los apurones y medio pan con chicharrones, la puta madre, a eso agregale media cerveza toda congelada por fuera que así me la dio el kioskero y qué más. Hay otro camino que es la cantidad de palabras . Santos no está acá, no se comió las tortas fritas, él está dejándole el Mercedez Benz a un ballet parking en Yrigoyen y Madero, auto que estaciona y posa para foto de celular del joven, quien antes fotografía la pequeña pistola 34 de Benson23 con sus cuadrantera cubierta y a bordo. Santos entra al ristorante Hibrauma, Madero 244, vestido de traje, 123 kilos, traje Bianza, cara de garca, amor al capitalismo, confianza al capitalismo, terror a la justicia.
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-Bufffff –sopla, como un puto.
Se saca el saco mientras sopla y llama al mozo dale puto vení ¿me traés el menú? Dos veces a este le dejo menos de treinta consuma lo que consuma mirá cómo se rinde no lo toma en cuenta. Intentá el juicio moral directo, sé sutil, también algo ligeramente incorrecto político querés sobrevivir en la fauna escribís tu historia con un sentido mundano no como el lector ideal ese ingreso per capita con menos importancia e igual deshonestidad.


5. Comodidad argumental

Obsesionado por encontrar a Martín (Mike Amigorena), Gonzalo (Mike Amigorena) logra escabullirse hasta el departamento donde Franco (Mike Amigorena) y Amanda (Mike Amigorena) tienen escondido a su hermano (Mike Amigorena). Cuando Martín (Mike Amigorena) despierta de la siesta, ve la imagen de su hermano gemelo (Mike Amigorena) parado en la habitación. Finalmente, a Gonzalo (Mike Amigorena) y a Martín (Mike Amigorena) les llega la hora de conocerse y este encuentro cambiará la historia de los Pells (Mike Amigorena).


6. The Big Symns

Extractado del libro Verborrea. Conversaciones con Bersuit Vergarabat, de Yumber Vera Rojas.
“Recuerdo que un día estaba borracho en el Bar Británico, muy paranoico. La Negra Poli y el Indio estaban sentados en una mesa y no sé por qué motivo, una sonrisa tal vez, me lo tomé como una provocación personal a mi condición de desgraciado. Pasé al lado de la mesa y los miré mal, me fui indignado. A la vuelta estaba Enrique Symms y le conté lo que sucedió. Sacó una navaja, me la dio y me dijo: ‘Esta es tu oportunidad. Andá y matalo’. Salí con la navaja, y la verdad es que lo que menos quería era matar al Indio Solari. Me acerqué hasta el lugar y no supe ni siquiera lo que les estaba diciendo. Sólo hubo un momento medio de tensión, que yo pensé como el punto inicial de una matanza o de una pelea, mientras que ellos se lo tomaron con extrañeza. No sabían qué mierda le estaba pasando a ese señor que ni conocían. En realidad sí me conocían, pero estaba desdibujado. Y me fui con la anécdota encima, por cierto muy graciosa...” (Gustavo Cordera)


7. Provocando a los intelectuales con idioteces
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-No sé –me dice Aven–; yo miro cine para aprender algo.

- ¿Pero vos te pensás que Godard sabe más de la vida que nosotros –le digo–, que tiene una visión del mundo más profunda? No. Es un boludo que hace películas mal pero que queda bien haber visto. ¿Vos tenés algún goce viendo Alphaville? Es una porquería mal hecha.
–Entonces el cine es pura industria, no es arte, es estética.

Algunos hacen algo, pero hay que ver en los que no ven los intelectuales. Los intelectuales miran lo que hay que mirar, dejan de mirar lo que hay que denigrar, están pendientes de la moda. No pensés en ellos: son unos boludos.

Todo porque estamos leyendo listas de “cinéfilos” que obvio te ponen primero Tarkovski, que obvio te ponen Rohmer, Bergman cada vez menos, Antonioni ya no –pasó de moda–, ¿Hitchkcock? No, lo ponen muchos. “Son unos pelotudos que porque no pueden hacer una película decente se hacen los héroes haciendo listas y queriendo ganar”, digo.

-¿A quién ponés? –me dice Aven.

Uno Fellini. Es el crack. No te aburre. No necesita de la lentitud, ese defecto snob. Dos ponelo a Tarantino. Estos putitos intelectuales jamás van a ganarse una palma de Cannes. Les gana Tarantino. Tres Alex de la Iglesia. ¿De quién me olvido? Poné a los hermanos, elegí vos si a los Coen o a los Wachovski. Los intelectuales los odian porque hicieron grandes películas (The Big Lebowski y Matrix son ochocientas veces mejores que Los 400 Golpes). Bergman lo pondría por la de la muerte y el ajedrez, pero Persona es una mierda.

Vemos Imperio. A Lynch ponelo. Lynch se la banca. No sobreactúa complejidad. Poné a Lost. Lost va a pasar de moda, es demasiado bueno. Ahora todos hablan bien pero ya algunos boludos se jactan de no haberla visto y los verdaderos boludos preparan terreno para decir en un año que vieron poco (“porque no tengo tiempo para ver eso”) y es malísima.

Seguimos con las listas. Aparece, obvio, Fassbinder. ¡¡No sabés!!, le digo, me bajé tres películas mal hechas de ese tipo. Los intelectuales –intelectual eufemismo de snob– lo aman porque queda bien y no es norteamericano; aún así me bajé dos películas de él porque como era gay y murió de sobredosis de cocaína pensé que tenía algo para decir. Bueno, lo decía mal. Que se lo queden los snobs.

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