domingo, 5 de octubre de 2008

El amor es una microfibra permanente de doble punta

El Ulysses de James Joyce a la página 395.

1.

Tomar el todo por las artes, el toro por las partes, el tono por los martes. Deshacer los hechos, hacer los deshechos, comer los riesgos.

Bloom. “Vísteme despacio que tengo risa”.

Artes y después. Dios son compañía, tres son pulcritud. Artes del antes y antes de arte. Dublín y su 24 hours party people.

–¿Sus hijos saben que está haciendo usted en este momento?

Operación para que no se caigan las bolsas, de Graciela Fernandez Meijide y Alberto Olmedo al neo libralismo. “Ya están fiambres para estos trotes”, dice Occidente, mirando para abajo vía satélite.

Fuego en Tierra del Idem. Corrida de todos en San Quintín. Forros
en las colas
de los bancos
nacionalizados
sin nación.

“Robar un banco no es nada comparado con fundarlo.” ¿Mark Twain?

Nazco, luego existo. Pienso, luego actúo; luego actúo que actúo.

Yo creo, dice el creador. Yo creo, dice el creyente. ¿En cuál de los dos grupos está usted?

2.

Lo siento, dice el arrepentido y el que siente. El sentimiento es un error del sentimiento y el fin justifica los miedos y el miedo es el mensaje, de los medios. ¿Sentí? Miento.

Prefreakfolkfabricado en los cerebros arrepentidos.

3.

Las marcas y su significado que deberían los garketing`s employers prestar más atención: Nescafe, no es café; Telefónica y sus empleados no telefónicos; Verga Hnos, abierto al púbico.

–¿Dónde estás, vida de mi amor, que no te puedo encontrar? –preguntó el señor Bloom. Su hijo, muerto. Su muerte, hija. Su esposada mujer inercia, cazada.

–Estoy asegurado en caso de suerte accidental –dice el señor Bloom.

Dígame: soy todo odios. Oíd mortal es. El grito desagrado. Oíd el ruido: derrotas, cadenas. Olas cadenas hola.

Dignam se revuelve en su tumba, trenes de lirio. Los bancos son bancados. La araña me idem.

El señor Bloom se come las heces cuando habla. Es tan o más aburrido que James Choice tu propia Aventura diaria. Dedalus y Bloom recorren Villa Korea en 952 páginas, hacen un wild on Villa Las Ranas en cinco kilos de páginas.

Exclama Bloom. La compañía te deja solo. El Estado está en mal idem.

–La guerra es por la tierra –dicen los vencidos.

–La Tierra es por la guerra –dicen los victimarios.

Las ideas no se matan: los indios sí.

4.

–Estoy felizmente cansado –dice el señor Bloom. Coincide con sus lectores de velocidad a la página 396 después de Joce, el hombre que volvió de la vida. Exclamación prefabricada, presión post parto, ya me gustaría una Crisistina K que adelante una hora este día, con páginas que se van de boureaucracia ¡pero no! Sigamos con el dúo griego, las odiséicas joyceanas divisions.
Camine. Un micro es demasiado grande y los goles que no hacés es un arco no los hacés en un arco, y dos cabezazos en el área son dos cabezazos en el área y soldado que huye es soldado que huye. Parricidio. Cruz y ficción. Karma mortal. Pecado rabioso. Cura de suero. Misa, encomienda y yanaconazgo.

5.

Un reggaero de pólvora en shit, mangos y vil metal. Metal pensado. Lo pasado, tasado. Lo casado, pasado, cansado. Bloom. Instrucción cínica. Séxodo. Mènage Atróz.

–Soy Leopoldo Bloom: semita anti, bufarretaburridodiséacojo con el Bloom.

–Soy Stephen Dedalus, bodrio: poca nuez de mil páginas de ruido.

James Joyce es un irlandés que castiga al mundo con su paciencia infinita. “Lo que nos sale bien quisiéramos que fuese tenido por muy difícil”, dice canietzsche toy y ahí Joyce Division, máquina de humo y letras, página 395, con un papel de calcar y mucho tiempo, te agarra la Odisea y te hace un Titanic que tenés que resurgir.

Y yo buscando fuerzas para seguir.

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