domingo, 30 de noviembre de 2008

La muerte del arte y viceversa

1. ­­­­­­­­­­­­­­­­­Manual de conducta del artista para con otros artistas y/o seres humanos

a. Citar como influencia a extranjeros muertos.
b. Ocultar toda formación presente o futura que pueda inspirar a otros.
c. Nunca enseñar nada, influencias o procedimientos, a menos que quede uno en evidencia.
d. Moverse en grupos según prestigio-popularidad. Una vez hecho lobby o escalado hacia un grupo mayor, no volver.
e. Despreciar lo que no se necesite. Así se vera como “rebelde” o “autosuficiente”.
f. Fingir descontrol, experimentación y amplitud: ser absolutamente centrado, no ponerse en ridículo y estar siempre apto para denigrar a quien no está en sus cabales, incluso actuando solidaridad.
g. Ocultar el pasado, pues lo que nos separa de él son las influencias y estudios.
h. Hacerse rogar. Uno es más importante que el resto.
i. Mostrar la obra con recelo, no permitir que la evalúen, despreciar los mecanismos de exposición artística que no necesite. Escape de los dispositivos horizontales que lo igualan con níveles inferiores (ej: blogs).
j. Su inseguridad le muestra a otros artistas como competencia. Usted se cree el mejor. Exacerbe esto, hay niveles: denigre a sus pares con frases juguetonas y desinterés, pero que no se note. Muestre sutilmente sus logros y si no los tiene algún logro personal como su niñez en la pobreza, su falta de educación o de dinero.
k. Cuide su figura, manténgase flaco, pero, ¡atención!, que no se note. Repita ante los demás que su figura e imagen le son indiferentes.
l. Publicite cualquier adicción, pero sin culpa ni moralismos pues éstos demuestran debilidad. Que usted realice obra en condiciones lamentables lo coloca en un triunfo y lo quita de competición con algunos prudentes. Pero no se muestre vulnerable.
m. A los demás: si lo ven, ayude; si no lo ven, entorpezca


2. La ruleta

Jorge y Panuccio tienen que saltear controles de alcoholemia. Le propongo a Guille un test de alcoholemia en donde si te da positivo tenés que tirar una ruleta y la suerte decide tu condena. Que la ruleta tenga penas como “dos días de cárcel”, “regalarle el auto a un pobre”, “ganó dos mil dólares”, “coimee al oficial”, “siga siga” y demás. Guille me dice que la gente va a ir directo a la ruleta rusa por el premio, alcoholizada. Propone también que se filme ese genial programa.

3. Harte

Visiones

a. Vivir para el arte es investir de sentido, detener la angustia o bien darle forma (convirtiéndola en otra cosa). Es un acto de gracia pero también de -búsqueda de- reconocimiento. Pero antes es un ejercicio de leyes y luego resignificación mística. O sea que cualquier boludo sin una visión del Universo puede aprenderse cuatro escalas de guitarra y hacerse el canchero siguiendo el antedicho manual.
b. –Estás intelectualizando el arte, boludo –me dice Fernando Traier–: lo que siempre criticaste. Perdés erotismo.
–Sí –digo yo, y me tomo un vaso de whisky–, ¡obnubilemos las neuronas!
Me mira.
Lo miro.
Nos vemos.
–Ah –le digo–… ¿no era así?




4. La muerte del arte

¿Cómo te las ves con la muerte –que viene a ser darse cuenta de la función de “imprescindibilidad” – del arte? Es mucho peor que perder a Dios y llenarlo con cábalas, fobias y drogas porque no se puede llenar. Se muere algo interno, no externo; no una creencia sino un estado de ser pero no se muere sino que subsiste como algo que se frustró.
De pronto me doy cuenta de que vivo en 8 y ½ de Fellini. Con el arte muerto pero sin inercia de velorios obvios sino como quien se entera de que alguien murió y pregunta “¿seguía vivo?” y siente el golpe.
Hay gente que cree toda su vida en el arte. Picasso, Charly García, Sartre. Viven mucho y fijo: tienen un objetivo desde la cuna. A otros se les muere antes. Truman Capote, Marlon Brando, John Lennon, Salinger (casos de muerte en la cima contrastando esta muerte personal debajo del suelo). Degenera frustración como cualquier cúmulo de esperanzas.
¿Es muy tirado de los bigotes pensar que Hitler puso en una balanza la muerte del arte y hasta que no llenó la otra de otras muertes no frenó? ¿Cómo superar esa muerte?
Con la muerte. Propia. Ahí quizás se equilibre la balanza.

5. La venta o lo demás

–Si están en zona peligrosa yo la mando igual la venta, si total te la verifican… después a ellos se les cancelan, te llaman y se la cargás de nuevo, ¿entendés? –dice la señora, orgullosa, a plena voz. El pobre tipo vive en una zona discriminada porque a algún instalador le robaron, porque se chorearon un cable o porque sí. La vendedora le dice que está “ok” aunque luego sabe que se la van a cancelar. Que el tipo esperará meses una conexión que no se puede hacer.
–Después vos cobrás dos ventas que no se hacen, por todas las que te garcan –finaliza, vengativa. La ley genera jurisprudencia y si te cagan y eso es la norma… Educación, que le dicen.
–Mirá, al seguro de 150 m2 te conviene bajarle la cobertura por robo y hurto y baja de $35 a $31,40. Te lo compra más gente y llegás al objetivo. Después ellos que miren la poliza y…. vos ya lo cobraste.


6. Anhedonias


Sri Sri von Karg dice (12:46 a.m.):
qué es de su vida?
…. dice (12:47 a.m.):
aca ando
…. dice (12:48 a.m.):
entre a la iglesia evangelista
Sri Sri von Karg dice (12:48 a.m.):
? ud? por qué? le sobra el dinero?

7. La cita

“Una obra de arte nos interpela y en ella se esconde un juicio moral. Ochenta millones de subtextos nos miran y se miran, inútiles. ¿Qué sentido tiene? ¡Ninguno! La película, la obra, nos plantea juicios morales que ya tenemos, juzgados y archivados. No nos sirve de nada, no nos cambia la mirada.
Supongamos que hago una obra que habla de la moral, con intertextualidades, personajes que suponen sentimientos, reminiscencias a obras clásicas, y, finalmente, abracadabra, he ahí una obra moral, que establece un punto de vista. La ven, obviamente, pocas personas, que ya tienen esta visión, que no necesitan educación… y entonces, ¿para qué? ¿de qué sirve? Ya sé, el arte no sirve pero la discusión moral sí. Y entonces, ¡si! El detenimiento. Desenchufarse, desconectarse, sentirlo.”

(Francisco Chareun, discurso al recibir el premio a Mejor Actor Europeo en los premios Golden Wolf)

8. Post post


Hace unos escritos hablé de mi caminata a toda velocidad por el centro escuchando música especialmente programada para ello. Como decidí colocar esa música en una carpeta y a su vez experimentar con los vericuetos internetísticos, subí ese compilado a la web y pueden descargarlo aquí.
La lista de temas:





9. Vamos al entierro


¿Charles Manson, Mark Chapman, Syd Vicious, todos en la misma bolsa?
Menos pregunta Dios y no existe.


10. Giordano en el cielo con diamantes expropiados a la oligarquía


Cogito ergo sum en el Cósmos y yo viendo por internet a coiffeur Roberto Giordano hacer al mismo tiempo una apología de la ecología, una elipsis del apocalipsis y la pregunta más larga del 2008:

Giordano: Está con nosotros Vincent Wesa, el hombre que junto con, junto al vicepresidente de Estados Unidos Gore (sic), hace que el medio ambiente, del mundo, hoy,realmente prioridad número uno… El mundo entero no sabe las consecuencias de lo que está pasando hoy, eh, muy importante, eh, bueno (al camarógrafo) ¿vos estás abriendo la cámara para los dos, no? ¿Estamos compartiendo los dos esta charla? Bueno, eh, ¿cuánto osígeno (sic), eh, le quita realmente un auto, eh, la combustión del auto, eh, equivale, eh, a cuántas arboles (sic) se necesitan para eh, eh, evitar, justamente, el árbol que da osígeno,indudablemente uno en la montaña, cuando ve realmente que no hay ningún árbol, es que no hay osígeno, quiere decir que falta osígeno ahí en la montaña que vos me dijiste en otra oportunidad, qué pasa, cuánto equivalen los gases, y lo que le quita osígeno, eh, eh, comparado con la cantidad de árboles que harían falta para combatir, eh, la combustión de un auto, eh, solamente como me dijiste vos que tiene 120 años y le quita osígeno?

martes, 11 de noviembre de 2008

Egódromo

1. Klaus Kinski

El poder hipnótico del presente ha hecho de la improvisación y la simplicidad la clave de todo medio. Pienso en la autobiografía del actor y director Kinski (Yo necesito amor, Klaus Kinski, Tusquets Editores, Bs. As, 2006), que está narrada en presente y parece que todo transcurre ya, ya, ya, ahora, deprisa, sin pausa. Salgo a la calle, hago tres mil funciones, me cojo un millón de minas, me echan del hotel, voy preso, me llevan a un manicomio (esta es, a simples rasgos, la rutina de Kinski). El presente es mundano y cortoplacista. El "no future" de los Sex Pistols constituía la negación del futuro como construcción, pero de una manera frívola. La guerrila revolucionaria partía del sentido contrario ("hay futuro colectivo, y resignaré el mío para darle forma"). La economía es deuda, y en ella reside la esclavitud de tener (no ya de hacerlo por motivos justos) que crearse un futuro del cual somos esclavos. El instinto dionisíaco es cortoplacista. El símbolo requiere previsibilidad y dificultades ascendentes. Entre lo primero (la resignación del instinto que funda la familia y perpetua la especie, incrementado en los últimos siglos por la satisfacción de necesidades burgueses) y lo segundo (la aventura del espíritu que se encarrila en culpa o farmacopea por dicha culpa -o circulo vicioso) estamos nosotros, atados de pies y manos, viviendo la vida de otros que viven la vida de otros que no existen. Ni siquiera la culpa es original.

2. Yo también tengo lo mío

Voy al baño y un par de compañeras del secundario me dicen que no saludé.

–El saludo es un acto de fascismo –les digo–: vos sí, vos no. Decido hablar con vos, hay una tercera persona e incomodidad surge. Voy caminando por la calle y doy permisos. El acto de saludar es una estupidez, un acto obvio, un yo estoy acá. Yo nunca saludo. Llego ya saludado con todos. Llego y comienzo a hablar. Soy así desde que tengo uso de razón. Quedo mal antes de decidir si quedar mal o bien, si ser correcto o ingrato, molesto o asqueroso.

3. Retrotredad


Rapero de El Bar.- Pienso que estamos en un país donde la gente es necia, donde estamos guiados por un ególatra sorete malcagado como Daniel y... tomá man... Ojalá la vida te tire toda la mierda que nos tiraste a nosotros. Es el deseo de acá, loco, el más profundo.
Daniel Granelli.- Tomatelas gordo.
Rapero de El Bar.- Chupame la verga, imbécil.

4. Pequeñas cosas que nos molestan de los otros:

. Su inevitable egocentrismo
.. Su inteligencia inferior.
... Su constante deseo de opinar
.... Su incapacidad de tomar en cuenta mi opinión.
..... Que sólo tengan en cuenta sus deseos.
...... Que sólo pongan obstáculos para mis deseos

5. La visión de uno

Llamar a última hora es llamar a las 23 hs. Llamar a primera es llamar a las 00 hs.

6. El resentimiento tiene cara de reflejo

"Azaroso y caprichoso todo. De ángel y esas cosas. Todo depende de otra cosa. No del esfuerzo.
Levanto una mano para pedir ayuda. Se espantan de mi fealdad, de mi rendición, de mi debilidad.
La mano símbolo puede significar otra cosa, resultará desagradable. Y en el fondo y en el frente no depende de uno. En el fondo sí. En el fondo, colchón de acciones. Pero hacen la cama otros.
No hay esfuerzo. Hay despertar en el otro algo. Es innato. Hay quienes no movilizan y ésa es su fermentación. Plantas que repelen buscando amor.
Luego los círculo. El virtuoso, del innato. El vicioso, del innato.
Luego creerse uno la magia por mérito propio; luego creerse el otro el desprecio por causas que describe en tres párrafos."

Andrè Foutlain, 15/12/15
7. Todos contra todos

La importación impostación sitcom pobló la tv de esperpentos macabros con múltiples una sola Florencia Peña. La clave, sabemos ahora, no era adaptar o traducir, sino robar, directamente. No hay mejor manera de adaptar, traducir algo, que apropiárnoslo, asimilarlo, hacerlo nuestro, incluso a escondidas. Todos contra Juan es una mezcla de Friends (parte Joey Tribbiani) y Seinfeld (parte George Costanza). Pese a que dura más tiempo cada capítulo, los personajes respetan el tiempo sitcom y constituyen estereotipos en sí mismos. Al haber buenos chistes ATP el programa constituye una rareza en la grilla televisiva.

El ego, decíamos. El programa trata sobre la vida del fracasado Juan Peruggia, quien estoicamente modifica su realidad buscando escalar ego mediante. El ego, decíamos otrora, es medio. De ahí la supervivencia. De ahí el peligro de auto exterminio. Que explota como volcán.

8. Seguimos con el libro de Kinski

Imposición obligada de cierta visión personal alejadísima de lo que uno es + choque con el otro que también se cree el más grande del mundo = vamos a ver quién es más pija.

“Yo necesito amor”, excelente pasión de múltiples hechos materiales, excelente continuación–combate al “Ulysses” de Joyce, esa inconstante constancia intelectual, esa construcción de redes simbólicas. Donde las palabras remiten a hechos en el actor y las palabras remiten a palabras en el autor. Doble hartazgo; doble exceso. Joyce, Kinski.

Borges alguna vez deslizó la idea de un texto en el cual alguien relate una serie de eventos en primera persona y el lector suponga una intertextualidad reveladora que subyace en sus mentiras. Así funciona el libro de Kinski. Kinski putea contra Herzog, Sartre, Fellini y etcéteras miles y luego los testimonios de éstos lo niegan, representando así el subtexto.

Otros grandes libros Egocrípticos: “Ecce Homo”, Friedrich Nietzsche; “Diario de un genio”, Salvador Dalí.

9. Hacer de la impostura una postura

–¡No hay que publicar todo! ¡No hay que publicar todo! –dice Ann Marcus. Enfrente de él, ochenta paquistaníes pertenecientes a la secta Zumux inmortalizan la frase en la finitud de sus blogs.
–Mis heridas no son leves –insiste– y de ahí, de la inmortalidad de mi angustia, surge mi despreocupación de dejar grabado, dejar grabado, dejar grabado.

10. Palíndromos

Ego coge: unidad dinámica que constituye el individuo consciente de su propia identidad y de su relación con el medio; es, pues, el punto de referencia de todos los fenómenos físicos: egoc ogE.
.
11. Conclusiones
.
Agrego este párrafo que leí ayer y que me parece revelador. Otra visión de nuestro tema.

Cuando las dudas invaden y nublan la fe en la inmortalidad del alma, cobra brío y doloroso empuje el ansia de perpetuar el nombre y la fama. Y de aquí esa tremenda lucha por singularizarse, por sobrevivir de algún modo en la memoria de los otros y los venideros, esa lucha mil veces más terrible que la lucha por la vida, y que da tono, color y carácter a esta nuestra sociedad, en que la fe medieval en el alma inmortal se desvanece. Cada cual quiere afirmarse siquiera en apariencia.Una vez satisfecha el hambre, y ésta se satisface pronto, surge la vanidad, la necesidad –que lo es– de imponerse y sobrevivir en otros. EL hombre suele entregar la vida por la bolsa, pero entrega la bolsa por la vanidad.

Engriese, a falta de algo mejor, hasta de sus flaquezas y miserias, y es como el niño, que con tal de hacerse notar se pavonea con el dedo vendado. ¿Y la vanidad qué es sino ansia de sobrevivirse?Acontécele al vanidoso lo que al avaro, que toma los medios por los fines, y olvidadizo de éstos, se apega a aquellos en los que se queda. Al parecer algo, conducente a serlo, acaba por formar nuestro objetivo. Necesitamos que los demás nos crean superiores a ellos para creernos nosotros tales, y basar en ello nuestra fe en la propia persistencia, por lo menos en la de la fama. Agradecemos más el que se nos encomie el talento con que defendemos una causa, que no el que se reconozca la verdad o bondad en ella. Una furiosa manía de originalidad sopla por el mundo moderno de los espíritus, y cada cual la pone en una cosa. Preferimos desbarrar con ingenio a acertar con ramplonerías.


(Miguel de Unamuno, Del sentimiento trágico de la vida, Alba libros, Madrid España, 2006, pág. 40,41)

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