sábado, 1 de octubre de 2011

explicación sobre el Universo


1. Primero el movimiento, luego los hombres. 

Todo movimiento necesita de relatos que lo excedan como potencia, si su deseo es el de persistir en las generaciones y en los mismos jóvenes al volverse hombres. Hablando de cultura de masas, y más especialmente de rock, de esa danza traducida –en el mejor de los casos, por Anagrama–, Cromagnon significó la lucidez de sabernos pelotudos y por sobre todo, de cómo construir desde la pobreza. La pobreza, repitamoslo, que es el falso nueve utópico del determinismo nativo, pasó en el rock nacional de tercera persona en Patricio Rey  –las metáforas faloperas para construír verosimilitud en el relato; la narración compasiva de accionares ajenos– a primera del singular en la generación noventosa, conocida por extrapolar frases aprendidas en la secundaria. (Sin la sazón de la generalización, la raza humana son átomos y no se puede hablar de nada.)

De estas cosas uno se habla cuando un grupo de personas que  concurren a ver al grupo punk Sinverguenzas buscan un kiosko para comprar una cerveza despreciando cuatro o cinco bares en el camino. La identificación de contextos en el binomio caretacheto/nosotros convierte todas las medidas en una Suburbia wanna-be que nos da por fin la aristocracia de la que tanto nos hablaron. Me refiero a personas que están más cerca de los treinta años que de los veinte, y que tienen un romantico anclaje en algún momento inventado por alguien que quizás desprecian, y entonces caminan seis cuadras buscando un kiosko que les venda la cerveza un peso menos (cerveza que no venden los kioskos a esa hora; mientras hablan por celular; ver también el caso del boleto mínimo en el colectivo en personas que no pasan hambre). Es un caso minúsculo que ya no es norma pero que, habrán ustedes adividado, nos sirve para sinecdoquear con la liviandad más hermosa.



2. ¿Y Megan Fox?

Los diferentes desempeños del escenario yo según todos.

El empeño en atomizar nos demuestra inexistentes. No en el sentido filosófico-mortal sino en poner foco hasta encontrar el pixel. Y así uno sigue la línea de que nada existe. Descartes, Schopenhauer, el último Henry Miller y todos los Deepak Chopra de los Claudio María Jodorowskys Dominguez del Mundo, con la voz de Morgan Freeman y el cuerpo de los físicos del quantum. Nada existe. Todo depende de nosotros. Todo es una ilusión. Somos uno. Estamos en paz. Pero en la Nada. Porque el tiempo destruye todo. Sólo que el tiempo no existe, más allá de que estamos formados de tiempo. Somos ese tigre. Pero nuestros afectos nunca existieron. Son una red en el cerebro del sistema de nuestra Mente. Los sims del siglo XXIII. Pero nos morimos. Podemos comernos cuarenta pizzas, después ochenta kilos de cocaína y dos litros de whisky. El consumo es información. Pero no existimos. Y si nos salvamos del cancer fue porque pensamos positivamente. Y si no, porque nos originamos la enfermedad. Como en Haiti. Que es una convención. Unión de átomos. Los átomos reaccionan diferentes si los ves o si no. O sea que detrás tuyo no hay nada. Sos vos mirando una pantalla. 

Y nos vamos a Tailandia.


  3.Lo que queda mal

J.L.A.: ¿Cuál es para usted la diferencia entre melancolía y nostalgia?
Ciorán: El fondo metafísico de la nostalgia es comparable al eco interior de la caída, de la perdida del paraíso. Un español siempre da la impresión de que echa de menos algo. Por supuesto, lo significativo es la intensidad con que eso se siente. La melancolía es una especie de tedio refinado, el sentimiento de que no se pertenece a este mundo.


 4. La barrita amarilla de youtube que te señala el primer plot point

El viaje de vuelta comienza cuando festejás no haber hecho nada el día anterior. Eso y la muerte son diferentes variables del olvido. En la carcel todos los días son lunes.

Con Aven vemos el film de Mallick de los planos de diez segundos. El árbol de la vida. "Uh, ¿ya subieron esa?", me dice. Si, respondo. Hay partes del Universo, los dinosaurios, una familia. Es lo que todo artista quiere hacer, la obra del tipo: "ahora te voy a explicar el Cosmos". Y en otra pestaña de firefox una película con momentos extraordinarios, The other guys. Hay tres momentos de esa película, tres gags absolutos y demoledores ("aim for the bushes", "nos siguieron treinta kilómetros", "policía bueno y policía malo") que repetimos con Aven mientras llegaban los demás comensales, que con un viejo truco me cambiaron un Jameson que tenía por un Vat-69 (preferido, sin duda, por los marginales wanna-be del punto 1). Vemos un poco de cada película, pero The other guys es más propicia. Para el mundo (a no olvidar el impresentable final con baja de línea-RATM-alla Michael Moore, la ausencia de malos materiales y la trama).


Si no hay diferencia entre el adentro y el afuera, dijo un profesor en el aula 201 de Franklin, estás loco. Ahora pienso que el loco era él. Si existiera, claro.

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