viernes, 14 de marzo de 2008

Extrapolación de frases: hoy: El Amor Total

Cinco visiones de un tema. Cinco puntos de vista.
Cinco sentidos.

UNO: Nos adentramos en las visiones del amor en su iniciático dentro y fuera de la persona. Salvador Dalí escribe el 27 de mayo de 1953: “Primero: Gala y Dalí. Segundo: Dalí. Terceros: Todos los demás, incluidos, desde luego, una vez más, nosotros dos.” El pintor distingue ahí el amor a la pareja como objeto, del amor a la pareja como sujeto. El dos como más que la suma. Y una pirámide que rectifica al Otro en cuanto sujeto existente.

(Salvador Dalí, Diario de un genio, Tusquets Editores, S.A., Barcelona,
2005, págs 128/129)

DOS: Lucha cultura-instinto, adquirido-innato y qué es amor en dos citas. Primero el surrealista Jules Rivet y el siguiente texto: “Si el hombre viviera normalmente, es decir en estado salvaje, sólo existiría la época de celo. La época de celo es armoniosa. Pero llegaron los poetas, los pintores, las gentes de mundo, los escultores, los tocadores de guitarra –toda la banda de enmierdadores– e inventaron esa cosa perfectamente ridícula: el Amor. Ridícula en todas sus manifestaciones, comprendidas las más corrientes: el madrigal y el balazo.” En este caso, el amor es un artificio que justifica la creación de la familia, del comercio y de la cultura. Un sentimiento adquirido.

Punto de vista lateral el de Joe Bousquets, quien, parece, nos dicen, expresó que “Acaso el amor sea todo lo que queda en nosotros de la infancia.” Ambas citas se mueven en la contraposición instinto vs. hábitos adquiridos. En esta última cita, el amor es un reflejo psicológico, acaso búsqueda del amor maternal, del estado primitivo. Un artificio (el nombre) que esconde una realidad pasiva.

(Actas Surrealistas, Ed. Quaranta, Bs. As., 2004, págs. 83/85)


TRES: Proust. En el comienzo del siglo XX, un convaleciente Marcel Proust repasa, escribe, enviste de sentido e inventa su existencia, su pasado, su vida, en una serie de libros. El primer volumen (Por la parte de Swann, 1913) trata del amor en su expresión de dominio y posesión y sus consecuentes tragedias y tiempos mentales. En el segundo se trata el tema del amor como fuerza interna que toma cuerpo en terceros (personas y cosas). Se pregunta Proust: “Porque conocemos nosotros el carácter de las personas que nos son indiferentes; pero, ¿cómo nos va a ser posible comprender el carácter de un ser que se confunde con nuestra vida, y que ya no llegamos a separar de nosotros y sobre cuyos móviles hacemos constantemente ansiosas hipótesis, perpetuamente retocadas?” Proust, homosexual en tiempos de homofobia legal, reemplaza en libros –canaliza– el amor del hombre hacia la mujer. Sigue –y con esta reserva– su idea del amor como voluntad y representación propia en el objeto externo. Dice: “Y cada vez que penetran en nuestro ánimo las imágenes de mujeres tan distintas ya no tenemos punto de reposo, a no ser que convirtamos a esas mujeres extrañas en algo parecido a nosotros mismos, porque nuestra alma tiene en estas cosas la misma facultad de reacción y actividad que el organismo físico, el cual no puede tolerar la intromisión en su seno de un cuerpo extraño sin intentar inmediatamente la digestión y asimilación del intruso.” Amor como asimilación, voluntad, reflejo y búsqueda. Visión cercana al artificio antedicho. Y recordar a Baudelaire, que dijo que el amor es el deseo del ser humano de salir de sí mismo.

(Marcel Proust, En Busca del Tiempo Perdido Vol. 2, A la Sombra de las Muchachas en flor, C.S. Ediciones, Bs. As., 2006, págs. 406/322 (Paris, 1919) )


CUATRO: Muchos amores y una frase. Los amores: El amor como un pasado que, utópico, vuelve pero no (Rayuela, de Cortazar y/o Desayuno en Tiffany´s, de Capote); el amor como medio de salvación (Crimen y Castigo, de Dostoyevski y/o La Divina Comedia, de Alighieri); la pérdida del mundo por el exceso de amor propio (El Retrato de Dorian Gray, de Wilde y/o El Almuerzo Desnudo, de Burroughs); y la pérdida de la vida por amor (Lo que me costó el amor de Laura, de Dolina y/o Romeo y Julieta, de Shakespeare).Y, finalmente, la frase: “No es que el amor sea una boludez: es que le dedicaron demasiadas canciones” (Diego Capusotto).


CINCO: Luego de los recuerdos culturales antedichos, comienza internet a explicar el proceso. Wikipedia nos dice: “El amor es considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad. El amor no sólo está circunscrito al género humano sino también a todos aquellos seres que puedan desarrollar nexos emocionales con otros, por ejemplo, delfines, perros, caballos, etc.” Bueno, entonces, las visiones culturalistas del “sentimiento” no serían tales. O no totales, absolutas. Luego, internet nos muestra millones de citas de personas que explican qué es el amor (pecado, parece, de todos). “El amor es...” es el comienzo de cada una. Y luego desarrollos heterogéneos, contradictorios, inevitablemente subjetivos. Balzac, Lope de Vega, Neruda, todos tienen la visión absoluta. Que, inefable, se oculta detrás de la inexistente realidad.

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