lunes, 4 de junio de 2012

La ideología de Internet #1

1. Bilderberg como el fiscal Stress era


En su Historia de la sexualidad, Michel Foucault hace pie en la diferencia que generó el capitalismo con los códigos estrictos en el trato de la intimidad a diferencia de siglos anteriores. La intimidad se recluyó en las parejas y eso cambiará de nuevo (o ya cambió), volviendo a como fue “toda la vida”, en el estado natural de la humanidad.

Le digo a Marto Santabaya que mi teoría neófita es que twitter es el ingreso del mainstream a internet. De las categorías ajenas. Los que son unos capos allá en la vida ingresan jerarquizados por el escalón seguidores/seguidos. Antes el formato era la horizontalidad. Hasta facebook, que tuvo que mutar de amigos a figuras públicas en algunos casos, para que el Ego se pare sobre el banquito, y el efecto derrame traiga millones de generaciones anteriores a los usuarios hasta el momento (Justin Bieber). Y entonces en internet entró la jerarquía y ése es el primer paso de la SOPA, el bloqueo a servidores de almacenamientos y demás. Entró el Mundo exterior, con sus leyes, su orden de preferencia y gloria, su ética. La gravedad, de gravitatorio y de grave, en internet, es que la red, la forma, está supeditandose a las jerarquías ajenas. Twitter comenta la tv mientras la tv reproduce los tweets. Con internet sucede también que pensamos desde el alter ego y la vida nos da un cachetazo de realidad. Y eso es lo hermoso. El extrañamiento de la vida. La realidad en su peso exacto, fuera de las teorías del medio. 

¿Qué tienen en común la cola del primer McDonalds en Rusia, el fracaso de Google+, quemar las camisetas de Tevez del Manchester City y Onda Vaga? El sentimiento de no querer quedarse afuera de no querer entrar. La sinécdoque Onda Vaga. Primero estuvo de moda que te gusten. Luego estuvo de moda que no te gusten. El pionerismo hipster que es nada menos que el lobby feróz de la cultura aspiracional web, con la definición de uno mismo cambiando todo el tiempo. La formación de la personalidad en la conjunción de links ajenos, no muy diferente del escalonamiento snob por consumos culturales o del separamiento de grupos por unión de símbolos.

2. Rockefeller soundsystem


Londres2012 en las futuras profesías net autocumplidas del mundo. Juan Santos se viste de vengador post-apocalíptico navegando por internet en busca de fantasmas internos, siempre encontrables acá nomás. Es un compañero laboral que vive a pocas cuadras, y con quien coincidimos en el viaje de ida y vuelta en el colectivo, en algunas ocasiones.

Me habla de los masones, de sus ritos; de la cantidad de símbolos que dejan penetrar en la cultura popular. De los iluminatti y de sus simbologías transmitidas desde el mainstream pop internacional. De sus enemigos.  De la vacuna para dejar estéril a la humanidad, vendida desde antes como salvadora, a lo –o como ejemplo– la de N1H1 (“no te vacunes, acordate”). De todo. En su discurso, encendido, voraz, inmensamente presente en nuestros encuentros, subyace la creencia en el escepticismo. El descreímiento como una fe superior que contradice la existencia misma de esa lógica. Junta imanes en la pared para potenciar cargas energéticas, mientras edifica pirámides de cinc cargadas con elementos poderosos. Compra de a decenas discos rígidos rotos para usar los imanes. Refiere que poniendo un imán al lado del tanque de gasolina, la carga de iones se reordena y la nafta te dura más tiempo.



Me dice que Theodor Adorno escribió las letras de los Beatles para subvertir desde un canal popular las costumbres occidentales.

–Yo tampoco lo creería si me lo dijeran de mi banda favorita –me dice.
–No es eso, boludo –le digo–… Es por Adorno. Justo Adorno. Es como que me digas que Claudio María Dominguez le escribió las letras de los redondos.

Hace un año me advirtió de las profecías de internet sobre el Juego Olímpico de Londres 2012. Supuestamente habrá en la inauguración un atentado que será el comienzo de la guerra entre EEUU, Rusia y China. Pienso que Julio Grondona es un visionario que enterado de la tanganeta hizo que Argentina no participara en fútbol para salvar la vida de Messi.



Me comenta de un chino que le hace tratamientos quemándole el cuerpo; me habla del Grupo Bilderberg, quien regula un próximo orden mundial y necesita reducir la población; me refiere que está por pegar un contacto para hacer un rito de ayaguasca y peyote; habla de agujeros en los polos denunciados a Google Earth; denuncia el asesinato de comunicadores contra-sistema en EEUU y de campos de concentración con Guantanamo a la cabeza; me dice que la tragedia de Once fue arreglada por el gobierno y por eso un cadaver (hay nombre pero se evita porque usted sabe cómo es esto de la realidad comprometida que bien tiene que seguir ajena a este retrato) se encontró accionando un freno; sostiene que hay una máquina que controla el clima y que generó el terremoto en Chile y en Japón; afirma que con U$S 50.000 se puede construir una nave con motores antigravitatorios.

Vuelvo a pensar luego de mucho tiempo en Lost, que fue pionera del pastiche conspiranoico, que lo hizo mal; su virtud fue ver desde el interlink, y luego de Santos ya pienso en google como lector ideal. También, la conspiranoía de la conspiranoia, gracias Zeitgeist, se me presenta como un foro de post-Lost. En la mitología griega los Dioses caprichosos bardeaban al indefenso humano. El capitalismo es un buen enemigo para quedarnos sentados resignados por su anchura emocional. La hiperconectividad nos devuelve el fin de la intimidad capitalista y es el tiempo. Estar conectados equivale a ir a la ciudad hace dos siglos. La red tiene la forma de la forma.

Juan Santos es el ejemplo del mundo interior. Una persona que no muestra los ases en la primera mano, lo cual es atractivo para cualquier relación. Una vez dentro del círculo, uno se encuentra con la ideología de internet, los resquicios de una libertad extraña y contradictoria cuya puerta es una empresa de telefonía, de cable, o el aire municipal. Un campo de observación en donde todo dejamos registrados y que en su forma se nos presenta como algún grado de libertad. Parravicini dibujó el atentado mientras Nostradamus advierte el terremoto en Italia. Alguna vez, todos, como el reloj roto, tendremos razón.

Chocar con el auto contra una pared todos los días a la medianoche sólo porque te gusta el airbag de almohada.

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