jueves, 12 de agosto de 2010

Jugando con la materia

Una de la mañana después de Inception. Dicen en alguna red social que “Lo hermoso y trágico, dos veces hermoso” y encima alguien pone “me gusta”. Es al revés. La tragedia inunda en retroactividad y genera las categorías, entre ellas la de lo hermoso. Por la mitad de Inception, se desata la posibilidad de que uno de los protagonistas, en la inmortalidad del sueño, muera. Pero no despierta cuando muere, sino que habita un limbo sin tiempo que puede durar la eternidad. En ese momento el espectador sufre de manera descomunal por ese buen hombre. “Es lo que nos va a pasar a nosotros”, le digo a mi novia, en la inmensidad quinesiológica del Imax. El terror que Christopher Nolan instaló en el espectador es la tragedia de la que estamos hechos y por la cual podemos, entre otras cosas, amar. Nada menos.

Ahí se arboriza la discusión interna. Llega la cpu esta noche y con ella toda la información de prepo. Llega Malena Pichot, esa mujer construída desde el hombre. Ese tipo de femineidad que es rascarse de abstinencia después de doscientos mil años de sometimiento. Me pone absolutamente triste, como Sex and the city y la totalidad del capitalismo. Porque antes el ser humano pensaba desde la tragedia y desde el confort. Ahora sólo de tragedia vive el arte y en la carcel de los finales felices queda cada vez menos gente. Inception no terminó en aplauso por esos últimos dos segundos de mierda (que enuncian en manera genial acá). Nolan debe pensar que lo trágico es dos veces hermoso. Malena Pichot pone la voz de Francella y el espíritu del Peña de la tercera presidencia. Todo es de una agonía color pastel.

Inception es un helado clavado en los guionistas de Lost con un cartel que dice "era así, pelotudos". Es la mamushka de varias almas y también la superación super acción de Shutter`s Island de Scorsese. Suena "Parte del aire" cantada por Mercedes Sosa. No sé por qué mierda tengo que opinar sobre estas cosas que son la sinécdoque de todo. Buscando la utilidad del sufrimiento en el ir y venir de átomos. dolor en tiempo, más allá de escribir con guantes.

Gershwin es el himno de la abnegación peronista por el trabajo. Rhapsody in blue, todos unidos triunfaremos. La construcao del obrero. El abismo que está a la izquierda de la izquierda es la Nada de la que estamos rodeados. Nos acecha. Pero yo soy ese abismo.

1 comentario:

La podredumbre dorada dijo...

Si dos mil años de cristianismo nos aterraron con el infierno (o sea, con un sótano del que no se sale, igual, en su aspecto de perennidad, que el cielo, sólo que éste tiene la ventaja de ser un balcón y de ser azul) apenas cincuenta años o menos de post-estructuralismo nos metieron el pánico al non plus ultra y al cierre con moño. Por eso Nolan deja la perilla rodando (y uno se pregunta si todos ganan o qué): básicamente por miedo, el miedo que, confieso, yo como guionista tal vez sentiría, porque a esta altura ¿quién quiere un callejón sin salida? (Pero el punto es que, también a esta altura, de qué nos sirve un rizoma?) En fin... De Malena Pichot (como el Diego en su momento, de política), no opino. Del abismo, tampoco.
Me voy a dormir, mi muy estimado arqueck, con una frase de Cerati digna de Nostradamus: "despiertame cuando pase el temblor" Abrazo!

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